martes, 18 de octubre de 2011

LA TARTA DE ARROZ

La receta de la tarta de arroz será, con total seguridad, la receta dulce que más veces he puesto en práctica. Por un lado por su facilidad, ya que no requiere de elaboraciones complejas. Por otro por su resultado, porque gusta a todo el mundo, porque lo mismo sirve para una merienda entre amigos que para terminar una buena comida.



Al final os dejaré la receta y sus posibles variantes, pero os quería comentar el porqué de su nombre. A pesar de llamarse TARTA DE ARROZ, no lleva nada de arroz en sus ingredientes. Parece ser que en sus orígenes, sí que se elaboraba esta receta utilizando harina de arroz. El motivo debió de ser una escasez de trigo, por lo que a algún pastelero se le ocurrió elaborar la tarta con harina de arroz, y el resultado debió de gustar. Posteriormente, al volver a tener a mano harina de trigo, se abandonó el uso de la harina de arroz.



Otra teoría habla de un origen filipino de esta tarta. Traída la receta a Bilbao por los marinos que la conocieron, sustituyeron la harina de arroz por la de trigo, manteniendo el nombre de la receta original. Lo que sí parece estar claro es que se empezó a elaborar en Bilbao, donde a fecha de hoy sigue siendo, en forma de tarta o de pastel individual, un clásico de las pastelerías.


A la hora de realizar la receta que os dejo a continuación, os comento unos detalles importantes:

  • Tanto la mantequilla como los huevos, deben estar fuera de la cámara por lo menos 30 minutos antes de empezar a elaborar la tarta.
  • Usaremos leche entera. Podemos sustituir la mitad de la leche por nata líquida. Gana bastante en sabor.
  • Podemos aromatizar la tarta con canela (infusionando una rama en la leche), anís, vainilla,...

Pues nada, ya sólo queda ponerse manos a la obra. Y a disfrutar.



TARTA DE ARROZ



  • INGREDIENTES PARA 1 MOLDE:
-         125 gr. de mantequilla
-         125 gr. de harina
-         150 gr. de azúcar
-         1/2 litro de leche
-         3 huevos


  • ELABORACIÓN:
-         Trabajar la mantequilla a punto de pomada con el azúcar. Incorporar la harina, mezclándolo todo muy bien hasta que no queden grumos.
-         Añadir los huevos uno a uno, batiendo bien antes de echar el siguiente huevo a la masa.
-         Al final añadir la leche. Si hubiera grumos, pasar un poco el turmix.
-         Meter al horno a 180º en un molde untado de mantequilla y harina durante 45 – 60 minutos.

jueves, 13 de octubre de 2011

LA COCINA DE TODA LA VIDA

Siempre que queremos salir a comer fuera de casa, tenemos el mismo dilema: ¿a qué restaurante vamos?. La oferta gastronómica de la que disponemos hoy en día es abrumadora: cerveceras, sidrerías, asadores, restaurantes temáticos, cocinas de todas las partes del mundo, comida rápida, cocina de autor,... No es mi intención ayudaros a decidir cuál es la mejor opción. Hay veces que nos apetece darnos un homenaje, y hay otras que simplemente nos apetece comer fuera, por lo que la elección de un restaurante u otro varía bastante.



Personalmente siempre he sido un defensor de la comida bien hecha, del producto bien cocinado y bien servido, y ésto lo podemos encontrar en cualquier restaurante, independientemente del tipo de cocina que hagan. De la misma manera podemos encontrar restaurantes que no cuidan la materia prima con la que trabajan, ni el punto de cocción, ni ningún otro aspecto más alla de la imagen exterior, sin preocuparse lo más mínimo del aspecto más importante de una comida que es el producto.



No puede ser que en la carta nos ofrezcan gamba fresca a la plancha, y nos sirvan gambón congelado. Eso sí, a precio de gamba fresca. Hay restaurantes que intentan hacer caja a cambio de reducir en la calidad de los alimentos. Grave error, que puede suponer echar por la borda años de trabajo. Os imagináis un asador de una zona de costa, famoso por sus pescados a la parrilla, que de repente comience a usar género congelado, de piscifactoría,... y nos lo quiera servir como pescado salvaje, y encima manteniendo los precios?. Sería el principio del fin.



Hay que mantenerse fieles a lo que yo considero la cocina de toda la vida, independientemente de que se sirva en medias raciones o en raciones de pelotari, en un menú degustación del local más de moda, o en el asador de toda la vida. El producto es sagrado. Un producto de la máxima calidad, independientemente del tipo de vajilla en el que se sirva, siempre va a ser un gran producto. De acuerdo que hay más detalles que también importan (el local, la vajilla, el servicio,...) pero sin un producto de calidad, no hay cocina de calidad. Recuerdo haber oído decir que  un buen producto se puede estropear en manos de un mal cocinero, pero que con un mal género es imposible hacer cocina de calidad.



Y si me permitís, que vivan las chuletas y los pescados a la brasa, los mariscos bien frescos, el rabo, las carrilleras, las almejas a la marinera, el jamón ibérico, el foie, los caracoles, el pulpo recién cocido, las alubias, los arroces, las patatas con chorizo, las verduras bien frescas, las frutas más maduras, los postres caseros,...

Y que viva la cocina de todas nuestras amatxus, que pasan horas delante de las cazuelas para que disfrutemos de la mejor cocina que conozco: LA COCINA DE CASA, LA DE TODA LA VIDA.